miércoles, 27 de noviembre de 2013

Arroz blanco con bistec encebolla'o y amarillitos por el lado


 
He tachado las líneas de este papel más de tres veces. No sé como comenzar a escribir, solo sé que siento un deseo intenso de escribir ciertas verdades, pero eso a la gente no le gusta. Escribo en papel para no perder la costumbre. Esta era tecnológica que ayuda a “difundir las comunicaciones”, nos está dejando incomunicados poco a poco. Ya ni los cucubanos brillan pues han sido sustituidos por las pantallas táctiles de los celulares, mejor dicho, de las tabletas. No es que me moleste en lo mas mínimo, pero tengo la leve sospecha de que la gente anda en un nuevo mundo.
Caminaba no hace poco por las calles de Rio Piedras.  Después de salir de la calle de las librerías, se me antojo un arroz blanco con bistec encebolla’o y unos amarillitos por el lado. Pensé en ir a casa, pero el hambre apretaba así que me fui a una cafetería por el área. ¡Estaba repleta!, pero al parecer ese día andaba de suerte pues quedaba exactamente una mesa vacía. Luego de haberme sentado con mi comida, llegó un muchacho que ya había visto en una de las librerías a las que fui.
 “¿No te molesta si me siento contigo?”- me preguntó-. Luego de haberse sentado me dijo las siguientes palabras: “¡Que curioso precisamente estaba pensando en comer arroz blanco con bistec encebolla’o y unos amarillitos por el lado! No te asustes, no te ando siguiendo. Pero si miras a tu alrededor te darás cuenta que todos tienen un aparato electrónico en las mesas, ¡ni reposar los dejan! Por eso pensé que contigo si podía tener por lo menos una conversación sensata”. Estaba muda. Era un chico muy espontaneo e inventor. Ya me había dado cuenta que estaba mirando mi plato para ver lo que tenia servido, pero a pesar de todo era un joven agradable. Conversamos de todo un poco, y en un punto de la conversación me dijo: “Yo creo que ya no habrá nada que una el mundo, la desconfianza es tanta que ya no hay mucho que hacer y los que hacen pierden el tiempo”. Me sorprendió como una mente que aparentaba ser tan inteligente estaba derrumbándose. “¿Tu qué piensas?”-dijo-. “Yo creo que no, sino, no te hubiera dejado sentar, me vienes siguiendo desde la librería. ¡Imagínate! Todos somos iguales con diferente collar. Todos nosotros tenemos las mismas necesidades en circunstancias diferentes pero parecidas y eso ha sido así desde que el mundo es mundo”-contesté-. Nos echamos a reír. Terminó pagando ambas cuentas. Cuando se despidió me pidió mi número de teléfono, idea que no me pareció tan acertada. Fue entonces cuando me dio su facebook, me miro y se dio cuenta que estaba cayendo en lo mismo que criticaba. A final de cuentas terminamos acordando que nos encontraríamos el próximo jueves para comernos un plato de arroz blanco con bistec ensebolla’o y unos amarillitos por el lado con la salvedad que la próxima la pago yo.
La gente que pierde la esperanza o las ganas de luchar ha sido porque se ha detenido a observar desde el ojo equivocado. El ojo acusador que prejuicia, que denigra, discrimina y destruye. Yo me redimo día a día buscando un escape con sentido propio y genuino sin atadaras dentro de un mundo encadenado, con una falsa libertad que por el momento no me priva de ser quien soy. El día en que pierda mi esencia, perdí el norte y me convertí en un juguete más de un monopolio controlado por unos pocos.
Mañana es jueves, no sé si ir,  pero sé, que  un chico estará esperándome en la cafetería de una calle en Rio Piedras.
Dorcas Figueroa

viernes, 1 de noviembre de 2013

¿Dócil o conformista?

Hablemos un poco sobre Historia de Puerto Rico y la etapa de colonización. Con sus excepciones de rigor, me atrevo a asegurar hoy día que si preguntamos a diferentes personas acerca del proceso de conquista y colonización, la mayoría sin lugar a dudas contestarían: -“Bueno primeramente Colón llegó con 3 barcos: La Pinta, La Niña y La Santa María. Descubrieron a Puerto Rico y entraron un 19 de noviembre, ¿o fue un 12 de octubre? Bueno en una de esas dos fechas, trajeron negros y nosotros salimos de la mezcla de la tres razas: la taina, la española y la negra”-. ¡Que resumen más malo el que escuchamos a diario por ahí! Antonio S. Pedreira en Insularismo bien recalcó que de la fusión de esas tres razas partía nuestra con-fusión. Al puertorriqueño siempre se le ha tildado de dócil. Concepto que en boricua definiríamos como: fácil de dominar. Este mito (porque eso es) ha calado profundamente en nuestras mentes. Desde pequeños se nos enseña en nuestras escuelas una historia superficial para deformar nuestra conciencia y precisamente allí radica el problema actual del puertorriqueño. No sabemos de dónde salimos y menos hacia donde vamos.
Nuestros tainos se encontraban en la etapa de cacicazgos, una sociedad mejor organizada que las tribus y las bandas. Ese proceso se vio interrumpido con la llegada de los españoles y su economía mercantil. ¿Por qué llegaron hasta las Antillas? ¿Cuáles fueron las causas y motivos? La respuesta la encontramos en la batalla de Constantinopla cuando los turcos otomanos vencieron. La iglesia católica, cuando Constantinopla les pidió ayuda militar, le negaron las tropas por el simple hecho de no querer convertirse al catolicismo y en ese momento se entorpeció el proceso comercial de Europa con el Medio Oriente. Es en este instante cuando aparece la figura central (que ponemos como héroe cuando no lo fue, no lo ha sido y no lo será) el almirante Cristóbal Colón. Portugal ya había hecho rutas hacia África, era la potencia colonizadora y por tales motivos no necesitaban a Colón. Él decide partir a España y se crea el documento las Capitulaciones de Santa, contrato de exploración y conquista, donde la Corona concedía a Cristóbal Colón el título de virrey en la tierras conquistadas en el 1492.
Comienza la travesía y llegan primero a las Bahamas y luego a Santo Domingo, lugar que bautizan como La Española. A su llegada hicieron contacto en el cacicazgo de Marien con el cacique Guacanaguarí. Fue un encuentro amistoso pero que más tarde evocaría la furia de dos caciques: Caonabo y Guarionex. Colón se fue y regresó, pero esta vez con 17 barcos. Allí formó su imperio, donde esclavizados y ejecutados serian los indios malos (aquellos que se oponían a este nuevo régimen) como Caonabo y Guarionex, que fueron entrampados, apresados y tirados al mar para que se ahogaran casualmente durante una tormenta. Mientras eso ocurrió en las Indias (las Antillas), en Europa firmaban la Bula Papal en el 1493, otorgada por Alejandro VI (padre de Cesar Borgia y primo de Fernando de Aragón) donde constaba el derecho de España para evangelizar las tierras descubiertas. A eso Portugal le hecho frente con el Tratado de Tordesillas en el 1494, para que se trazara una línea imaginaria donde se establecería el repartimiento de las tierras descubiertas. Portugal se quedó con Brasil y lo demás se lo llevo España. Desde La Española, reclamos se hicieron a la Corona sobre el abuso de poder que tenían los Colón y nombraron al juez Don Francisco Bobadilla como gobernador interino de Santo Domingo para quitar a Cristóbal del medio.
Nicolás de Ovando fue designado gobernador general de las Indias (las Antillas) y Juan Ponce de León ya estando en Higüey, Santo Domingo, pide permiso para ser una expedición secreta en mi isla Borinquén, es decir Isla de San Juan Bautista y luego Puerto Rico. Su primo Juan González que ya hablaba la lengua taina fue el primero en cruzar desde Añasco hasta lo que conocemos como San Juan hoy día.  Desde este punto partimos con todos los sucesos siguientes de la fundación de Caparra y el comienzo de la minería de oro. En  San Juan era donde se concentraba gran parte del oro que codiciaban los colonizadores.  Ese desenfreno codiciador  llevó a la extinción de los tainos. No porque no aguantaran el trabajar, sino porque el abuso fue extremo. Su jornada laboral se llamó la demora y duraba ocho meses, 12 horas. Su pago era un peso de oro que jamás vieron, pues le pagaban la cacona, es decir con ropa. Sin embargo la corona se llevaba el 20%, los Colón (Diego Colón hijo de Cristóbal) 10%, la iglesia el diezmo que cobraban en especias y con todo, tenían indios esclavizados para la fundición del oro. Durante este proceso caciques como Agueybana el Bravo, Urayoan y Hucuyoa se levantaron, existen las primeras fuentes que así lo confirman. Aquí surge una división de sacerdotes entre los franciscanos y los dominicos, unos a favor y otros en contra de la esclavitud y el régimen de la Encomienda. Pero no fue hasta el 1532 cuando se hizo un censo donde Francisco Manuel de Lando informó el descenso de la mano de obra taina. ¿Dónde falla nuestra educación en nuestra historia si la documentación existe? ¿Radica en la falta de interés?
Nuestras raíces indígenas fueron luchadoras y guerreras, que no se inmolaron fácilmente ante los otros. Ahora nos doblegamos ante los que tienen corbata y se sientan horas y horas cobrando un sueldo que ningún otro empleado público se gana aunque lo trabaje. Llevamos muy en alto el sabor africano que corre por nuestras venas, la mentalidad del blanco para mandar pero se nos ha olvidado la braveza del indio taino para luchar.
Identidad tenemos de sobra y es hora de sacarla a flote. No somos anuncios de estrellas y banderas solamente. ¡Somos más! Somos un pueblo que lucha para subsistir y se levanta con conciencia, aunque seamos la minoría. Es tiempo de contagiar con sabor pero a la vez con letras a una masa que enriquece al capitalismo y se hace cada vez más consumidora. ¡Puerto Rico, es  hora de volver a luchar!
Dorcas Figueroa
Mosco, Francisco. Cabrera, Lizette. “Historia de Puerto Rico.”
Puerto Rico: Santillana, 2008
Pedreira, Antonio S. “Insularismo: Intermezzo una nave al garete.”

sábado, 5 de octubre de 2013

El tango de Roxanne

Moulin Rouge, además de ser un teatro en Francia, también es un musical. Esa grandiosa película cuya protagonista es Nicole Kidman, se convirtió en parte del repertorio de Noches de Nostalgias de Cabaret, hecho por el Teatro Rodante Taina Rosado, del municipio de Bayamón.
Como celebración de los 15 años del Teatro Rodante, se hizo un popurrí de obras destacadas dentro esos históricos años, llevados por la mano de la actriz y directora de teatro Johanna Ferrán. Dentro de esas piezas se destacaron: Noches de Nostalgias de Cabaret, Poesía Negra, Bailes Típicos de Puerto Rico, Bodas de Sangre, entre otros. Como cierre de esta gran actividad bailamos  el tango de Roxanne. Puesto que no somos bailarines sino actores, pasamos el doble del trabajo. Se remonto el tango en tres largos días. Fue agotador y exhaustivo, pero se logró.
 
El esperado día de la función llegó y todos los actores nos encontrábamos ensayando el tango. Era la primera vez que yo hacia un baile de esa manera, tan apasionado y sensual (porque eso es el tango, una seria sensualidad). Los pensamientos negativos me invadían, pues sentía un gran temor de fallar por mi espalda. Curiosamente mi operación en la columna vertebral se había convertido para mí en ese momento en un “hándicap”. Esa noche fue una de las noches más maravillosas, pues me propuse muy dentro de mí olvidarme por un momento de esas varillas y tornillos y sutilmente escuchar esa música que contaba la historia de aquella prostituta. ¡Así sucedió! Y comenzó la escena: subía por el extremo derecho Jocelyn Vélez junto Adyel Amat y desde las escaleras al fondo descendía Alberto Viera. En composición ya estábamos los actores. Aunque no éramos bailarines algo si nos habia enseñado nuestra directora: "el actor sabe hacer bien lo que no es". Esa noche fuimos no tan solo actores sino que también, bailarines de tango. Todo acabo y el público en un estruendo se puso de pie y aplaudió. No hubo sensación más hermosa que esa, ver a todo el teatro repleto de personas en pie de apoyo al trabajo de los artistas. ¡Gracias!

La próxima función nos aguarda. ¡Espérennos!  
Dorcas Figueroa

viernes, 6 de septiembre de 2013

Lo tendremos todo

En todos los tiempos existen personas de moral fingida. Son aquellas que viven de una apariencia intachable y de valores incorruptibles pero a puerta cerrada son otras cosas. A mí me gusta mucho un poema de Alfonsina Storni, una mujer que para su tiempo rompió los esquemas por ser madre soltera y sobre todas las cosas por no tener una moral fingida.  Lee y no captes lo superficial solamente. No hay nada mejor que gozar de cada uno de los placeres de la vida que se encuentran en el conocimiento y en romper las reglas de los pueblos que pretende que quedemos en una nada. El poema es muy conocido: Tú me quieres blanca.
Tú me quieres alba,
Me quieres de espumas,
Me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada

Ni un rayo de luna
Filtrado me haya.
Ni una margarita
Se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
Tú me quieres blanca,
Tú me quieres alba.

Tú que hubiste todas
Las copas a mano,
De frutos y mieles
Los labios morados.
Tú que en el banquete
Cubierto de pámpanos
Dejaste las carnes
Festejando a Baco.
Tú que en los jardines
Negros del Engaño
Vestido de rojo
Corriste al Estrago.

Tú que el esqueleto
Conservas intacto
No sé todavía
Por cuáles milagros,
Me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
Me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
¡Me pretendes alba!

Huye hacia los bosques,
Vete a la montaña;
Límpiate la boca;
Vive en las cabañas;
Toca con las manos
La tierra mojada;
Alimenta el cuerpo
Con raíz amarga;
Bebe de las rocas;
Duerme sobre escarcha;
Renueva tejidos
Con salitre y agua;
Habla con los pájaros
Y lévate al alba.
Y cuando las carnes
Te sean tornadas,
Y cuando hayas puesto
En ellas el alma
Que por las alcobas
Se quedó enredada,
Entonces, buen hombre,
Preténdeme blanca,
Preténdeme nívea,
Preténdeme casta.
Una vez leí en algún lugar que el peor enemigo de un gobierno corrupto es un pueblo culto. En la literatura se encuentran herramientas valiosas, reclamos y sueños que en algún futuro no tan lejano como el presente podemos usar. Los gobiernos prefieren por encima de todo un pueblo ignorante, conformista y sin preparación, para esto usan diversas maneras que están dando frutos como plaga ardiente.
Recapacita: Cuando ellos se quiten los placeres de estudiar, de informarse y de no conformarse entonces que nos pretendan ignorantes, conformistas e incompetentes. Mientras tanto, no  desaproveches cada oportunidad de coger un libro, de escuchar una buena música, de ver una buena obra de teatro, de crear, pero sobre todo de conocer más de dónde venimos. Cuando crean que realmente no tenemos nada, lo tendremos todo.
Dorcas Figueroa

miércoles, 21 de agosto de 2013

La Carta con Destinatario y sin Direccion


“Te extraño profundamente y sin conjeturas. A sabiendas del futuro incierto y a pesar de la distancia que siempre nos separó”. Se oyó un profundo suspiro, la punta del lápiz se partió y una lagrima recorrió la mejilla tierna y roja de aquella joven. La carta nunca llegó, pues, aunque conocía el destinatario, también sabía que en esencia no conocía ni siquiera una dirección que le marcara el rumbo de su corazón.
Dorcas Figueroa

¡Dorcas, quiero escribir!


 
Estuve compartiendo con un hombre de quien he vivido enamorada (por su versatilidad teatral) desde que subió a escena junto a mí, realizando innumerable obras de teatro y dándole vida a personajes que había escrito exclusivamente para ser representados por Peter Santiago. Hace tres semanas, una tarde, me encontré con él. Venia vestido con su uniforme de trabajo, una libreta y un lápiz. Se sentó y sus primeras palabras fueron: “¡Dorcas, quiero escribir!”.  Sin perder tiempo me presento su propuesta. Comenzamos por el principio: identificar que quería escribir, para quien (aunque las letras del corazón las deberían de leer todos) y con qué propósito. Todas las preguntas me las contestó firmemente. De ahí pasamos a la estructura, a la ortografía, referencias… En fin, habíamos pasado toda esa tarde juntos.
 
Hoy durante la mañana me llamó para decirme que quería reunirse conmigo a pesar de que ayer lo había visto y mañana volveré a verlo. Yo acudí a esa cita que de emergencia había surgido. “Siéntate Dorcas, lee y dime, si esto esta correcto o no lo está”.  Yo lo leí con detenimiento y precaución. Lo mire fijamente con una expresión fingida de preocupación. Hubo un silencio. Se sentó. Miró su teléfono. Lo apagó. Parpadeó. Respiro hondo y me habló. “Está mal, ¿verdad?”. Aterrado con cara de pocos ánimos su mirada decayó al suelo. Yo levante su quijada, pase mi mano por su mejilla y le conteste: “Ahora sí que es verdad, estoy preocupadísima (con una sonrisa en mi rostro), si yo tengo Agujeros en el Agua tu abrirás pronto Vuelo de Pez o algo similar, porque me encanta tu manera de escribir”. Sonrió y dio un salto. Besó mi mejilla y susurró a mi oído: “No vuelvas a asustarme de esa manera”. Me dio un mal de risa, pues, sus palabras fueron más sutiles de las que esperaba.
Gracias Peter Santiago. Gracias por hacerme parte de tu vida y parte esencial de tus letras. Mis respetos.
Dorcas Figueroa

domingo, 4 de agosto de 2013

Complice dentro y fuera del teatro: Johanna Ferran

Johanna Ferran: La Casa de Bernarda Alba
He pensado constantemente, cada día de mi vida, hora por hora, minuto por minuto, segundo por segundo que para hacer teatro se tiene que nacer.  Mucho más que educarse en la profesión (porque para hacer teatro hay que educarse) se tiene que tener pasión. Hablo de pasión porque en un país como el mío, donde a todo le ponen un pero, se necesita mucha.

Cuando empecé a estudiar teatro, luego de ver La Casa de Bernarda Alba dirigida por Johanna Ferrán y luego hacerla dirigida de su mano, comencé a tener otra visión. Descubrí otra faceta de esta mujer. Johanna Ferrán ya no era simplemente la actriz que admiraba, la directora de teatro que tanto me regañaba y la maestra que tanto me enseñaba.  Ya era la cómplice que alimentaba cada vez más mi amor hacia el arte, enseñándome que aunque no se tuviera nada, se tenía que hacer un teatro de calidad para el público.

Un día de los muchos al año que paso con ella, conversábamos de los cambios drásticos que ha afrontado el teatro en Puerto Rico y como la sociedad ahora no responde como antes a mi modo de ver las cosas. Muy dentro de mí un sentimiento de nostalgia se apoderó (quizás añorando querer vivir ese tiempo) donde a pesar de los tiempos convulsos el teatro más que hacerlo, se vivía. Ya era de madrugada y regresábamos de Ponce. Yo no pude contenerme en hacerle una pregunta: “Johanna, ¿tu crees que el teatro puede ser como antes?”. Su respuesta inmediata fue: “Nada es como antes Dorcas, sin embargo se puede trabajar incansablemente para abrir otra puerta, esta puede ser parecida o quizás mejor. ¡Queda de todos!”.  Esas palabras jamás se me olvidarán. Hubo un silencio de 15 minutos aproximadamente. Mi mente cavilaba en maneras de trabajo y como lograr una estratósfera diferente que abriera paso a eso que ya no se ve, pero que si llegó en su momento, y que esa gran mujer que tenia conduciendo a mi lado había vivido.  Detuve mi pensamiento por un instante cuando me percate que Johanna se estaba durmiendo a causa del largo viaje.  Fue entonces en lo que restaba de la noche y del camino que nos dispusimos a seguir conversando mientras escuchábamos la música de Joaquín Sabina.
Indiscutiblemente cada momento que paso con ella sea en el escenario o fuera de él es mágico.  Es una aventura llena de conocimiento, arte y mucha pasión por querer transmitir a todos sus estudiantes (como yo), esa esencia de lo que es ser un ARTISTA en mayúsculas. A mi no me queda más que decir cómo me enseño Johanna Ferrán: ¡A trabajar incansablemente para abrir una puerta! Para abrirnos paso en este momento donde la conformidad nos deja la resaca de los recuerdos maravillosos del pasado, sin ofrecernos posibilidad de vivirlos en el presente pero siempre dejando la incertidumbre del futuro.  Quien quiera salir de la conformidad logrará abrir la puerta que muchos anhelan ver y la cual muchos también tienen temor a abrir y quienes muchos también disfrutaron. Una cosa si sé, El ARTE JAMÁS DESAPARECERÁ.
Dorcas Figueroa


domingo, 21 de julio de 2013

Vivo Actuando

Bodas de Sangre, Fotografia: Adyel Amat
Direccion: Johanna Ferran
¡Vivo actuando!, esa es mi realidad. Durante todos estos años he crecido con el deseo ferviente de ver que las personas tomen en serio y visualicen mas allá lo que es el arte, valorizándolo tanto que logren captar su verdadera esencia.
               

Cuando me trepo al escenario me dan nervios. Tuve un maestro que me enseno muchísimo y entre todo me dijo que sentir nervios era importante porque significaba que estaba enfocada en hacer las cosas bien. “El día que los dejes de sentir, asústate, porque ya te da lo mismo”. Una vez estoy allí, sube el telón y se prende las luces todo cambia. Comienza la función. La magia surge y el espectador se envuelve. Ya no están sentados en un teatro, ahora están en el lugar de la representación y lo mejor de todo es que son cautivados por el arte.  Son las letras, la literatura, la música, la danza, el circo, la pintura, pero sobre todo el teatro, las cosas que hacen que la vida valga la pena. Todas ellas logran capturar un instante y plasmarlo de tal forma que cautive el entendimiento llevándolo así en la memoria para toda la vida, porque al final, eso es lo único que nos queda: el conocimiento y la memoria.
La Casa de Bernarda Alba
Yo si volviera a nacer, volvería hacer lo mismo sin pensarlo dos veces.
Dorcas Figueroa

Extraditados: La Caja de Historias


Historias muchas tenemos para contar. Yo cuento la mía día a día porque no escribo por escribir, sino que  solo escribo lo que creo saber sentir. Aunque si es cierto que no soy la única con vivencias extraordinarias, no es menos verdad que todo obrero del arte ve la vida de una manera diferente. Se aprende en el camino a mirar con los ojos del corazón.
Subió el telón y un viernes sobre el escenario con dos guitaras, un par congas, un piano y dos micrófonos se llenó de magia aquel lugar. La fusión de las artes era maravillosa: poesía, música y teatro. No sé porque (o tal vez si lo sé), pero en mi cabeza solo tenía aquella música que sonaba tan magistralmente la cual decía: “…Hay un millón de locos orbitando, músicos en peligro de extinción, los poetas, los poetas delirando. Hay un mundo esperando, ¿y qué esperas tu?”. Solo me acordaba de esa parte de la canción (en un principio, porque ya me la se completa) y la repetía constantemente. Conviviendo un poco más con los integrantes de la banda ya me supo más el porqué su música me contagiaba. Era evidente, somos todos jóvenes dedicados al arte. 
Todas las canciones tenían un toque especial, eran vivencias y experiencias reales de sentimientos y situaciones que al escucharlas cobraban otro sentido. Ya no era simplemente las letras de Omar Quiñones vocalizadas por Lydiana Santiago y tocadas por la banda, ya eran las canciones que el público cantaba. Todos tenemos una historia que contar. Muchas veces la guardamos en una caja y la escondemos en el rincón más lejano que podemos encontrar, ignorando que las historias se hicieron para contar y también para cantar.
 
 
Dorcas Figueroa
 

sábado, 20 de julio de 2013

No es el tiempo, son las Mentes


Cada vez que observo a mi alrededor me doy cuenta que el tiempo se ha detenido, que los días pasan, las horas vuelan y los minutos se van mas rápido (el tiempo no da para nada). Pero evidentemente el tiempo si se ha detenido. En mi desconcierto me senté en la plaza y volví a observar a mí alrededor. Frente a mi quedaba la iglesia que tenía sus puertas abiertas y estaba vacía. Entré. Solo había dos mujeres de unos 40 a 50 años aproximadamente, con rosarios y abanicos de mano. Las observe durante 15 minutos hasta que una de ellas salió. La otra me miró. Salí de la iglesia y me senté nuevamente donde estaba y seguí observando a mi alrededor. Me fije en los viejitos que jugaban domino, en una adicta que tenía un libro y una pareja joven que no hacía más que exhibir su amor de una manera muy atrevida.
La señora salió de la iglesia y se acercó a donde mí y me preguntó si estaba atravesando por algún problema. Le dije que no. Evidentemente yo no tenía un problema. Ella me miró fijamente y me dijo que sabía lo que estaba pensando. “Estas pensando que el tiempo se ha paralizado, pero no es así, el tiempo sigue corriendo lo que no corre son las mentes de las personas”. Sacó de su cartera un álbum pequeño de fotos y me mostró como era antes la plaza y como ella disfrutaba junto con sus hijos allí. Era increíble el cambio. Le pregunte por sus hijos (los de la foto). Ella contestó: “Es una pena que ya no estén aquí, se han ido al extranjero porque no se hallan en su tierra”. Fue una terrible respuesta: “Ojala y vuelvan porque si seguimos como vamos, se nos van a ir todos los profesionales y personas cultas”. Ella sonrió y dijo que estaba segura de que sus hijos regresarían porque se les inculcó de muy pequeños el amor a su tierra (que es lo que ahora nos falta). A mí solo me resta decir que yo amo mi patria. Y me hace feliz saber que no somos tan pocos los que pensamos que vale la pena tener un hogar libre.
Dorcas Figueroa

martes, 16 de julio de 2013

Aquellos niños

Esta tarde me reencontré con un gran amigo de la infancia. Nos dimos cita en el mismo parque donde nos llevaban cuando niños y en el cual se convirtió a lo largo del tiempo en nuestro refugio y por supuesto en el  lugar de planificaciones cuando se nos ocurría cualquier locura. Paseaba por el parque para matar un poco el tiempo. Estaba nerviosa, como hace mucho no lo veía no sabía qué mentalidad me podría encontrar luego de cuatro años. Pasó el tiempo y el reloj marcó la hora del encuentro. Muy puntualmente se encontraba sentado en el mismo banco donde se sentaban nuestras madres para velarnos. Me entusiasme muchísimo (no lo puedo negar). Llegue hasta el banco y le tapé los ojos, una sonrisa movió sus cachetes y tomó mis manos. Nos dimos un abrazo el cual estaba lleno de experiencias y vivencias nuevas muy distintas a nuestros juegos de niños. Platicamos aproximadamente cuatro horas, y parecía que solamente habían pasado dos. El tiempo se había detenido.
 
Mientras conversábamos una mujer nos interrumpió, para decirnos que con la mentalidad que teníamos, nos meteríamos en muchos problemas. Muy en su sentir expresó que se compadecía de jóvenes como nosotros. Nosotros nos miramos y nos sonreímos muy disimuladamente. Luego de que estuvo regaño tras regaño (porque eso parecía), le preguntamos como ella procedería en nuestro caso. Su respuesta fue: “Eso no se los contesto porque ya no soy joven. Solamente no naden en contra de la corriente, a fin de cuentas se cansaran y terminaran flotando si no es que se ahogan antes por necios”. Ya sus palabras eran mayores, entonces la invitamos a sentarse. Ella no aceptó.  Decía que no iba a perder su tiempo tratando de convencernos. Se fue. Nos miramos nuevamente y fue el momento preciso para hacernos una gran promesa. No importando lo que fuera ni las vicisitudes que se nos presenten, no podíamos terminar de ninguna manera como esa mujer. Su mirar era cansado y sus pasos lentos. Comprendimos algo: empezó una lucha que jamás terminó, se ahogó en el camino y ya solo quedaba su cuerpo moribundo flotando sobre un mar de conformismo que ya no la dejaba alentarse ni alentar a otros.
 
Una cosa si descubrí aquella tarde (casi noche), mi amigo seguía siendo el mismo cómplice que me dijo de pequeño que tendría una casa llena de libros. No sé cuando lo vuelva a ver. Solo sé que hay una promesa y espero no ver el reflejo de aquella mujer en ninguno de los dos para nuestro próximo reencuentro.
Dorcas Figueroa

lunes, 15 de julio de 2013

Cinco siglos igual

 

León Gieco es un hombre que admiro muchísimo por todo el compromiso que ha mostrado desde siempre. Con sus canciones como Solo le pido a Dios, Como la cigarra, La Memoria, entre muchas otras, siempre ha reivindicado su compromiso social. Una  noche escuche esta canción que se llama: Cinco siglos igual. Era hermosa pero al mismo tiempo muy nostálgica cuando se comprende todo el peso que tiene su letra. Yo solo quiero pensar que la historia no se ha caído y que aun se puede hacer algo por cambiar.
Dorcas Figueroa

domingo, 14 de julio de 2013

Adyel Amat: Más allá del lente

Alguna vez me pregunte como era posible que existieran personas que obstinadamente pensaran que hacer teatro no cuesta trabajo. La respuesta más acertada a esta gran interrogante lo es sin duda alguna, que el espectador solo disfruta de la función. Un día durante un ensayo de La Casa de Bernarda Alba sin horario de salida, en las patas del escenario se escuchaba muy a lo lejos el sonido repetido de una cámara. Durante varios días de ensayo, el sonido era más constante. Una tarde llegando para un ensayo se encontraba Adyel Amat con una computadora en los camerinos, tenía una sonrisa emprendedora y de su boca salió: “¡Tengo una fotos del ensayo!”.  Era verdaderamente una maravilla, el lente de su cámara había capturado en esencia lo que fue todo el trabajo de una producción complicadísima dirigida por la actriz y directora de teatro Johanna Ferrán. Así mismo fue dándose con cada una de las producciones. Era impresionante, pero sobre todo mágico.

Ensayos: La Casa de Bernarda Alba
Direccion: Johanna Ferran

 
Ensayo General: Noches de Cabaret
Direccion: Johanna Ferran
 
   
   Ensayo: Bodas de Sangre....  Direccion: Johanna Ferran

Mi sorpresa llegó cuando vi una página que se llama: Adyel Amat Photography en la red social de facebook. Ya Adyel pasó a ser no tan solo el actor, el director, el maestro de teatro e improvisación, sino que también se convirtió en el fotógrafo que captura cada momento que por más sencillo que parezca es inolvidable. A veces nos olvidamos de que la vida por más dura que sea también tiene su encanto y belleza y no importando qué, esta es la vida que nos tocó vivir.  No se ustedes pero yo creo fervientemente que no todo se borra y la fotografía es un medio de preservar la historia de un pueblo, porque los pequeños detalles también forman parte de lo que somos.
Para ver mas Fotografias: Adyel Amat Photography
 
¡Gracias Adyel por compartir tu arte!
 
Dorcas Figueroa
 

 

 





 
 
 

viernes, 12 de julio de 2013

Ana Belen: Sonrisa que Deslumbra

Ana Belen en La Casa de Bernarda Alba

Por primera vez tuve un acercamiento a Ana Belén cuando era muy pequeña. Vi una película española en la que ella era Adela en el filme de La Casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca por Mario Camus. Para mí fue impresionante porque de todos los personajes dentro de la pieza Adela no me gustaba, prefería por encima de ella al personaje de Martirio o a la Poncia. Para mi deleite, esta otra dimensión de Adela me fascinó y fue entonces que dije: “¿¡Pero y esta actriz quién es!? ¡Que mirar profundo y sonrisa deslumbrante!” La respuesta inmediata fue Ana Belén. Quede impresionada y ese nombre daba vueltas en mi cabeza pero a fin de cuentas era una niña y todo acabó ahí.


Johanna Ferran dirigiendonos foto de Adyel Amat
Comencé a estudiar teatro con grandes artistas de Puerto Rico y volví a ver una puesta de La Casa de Bernarda Alba en un montaje de Johanna Ferrán. Desde el primer momento en el que mi madre me regalo el libro para una navidad, vi la película pero sobre todas las cosas me estudie a Lorca yo sabía que quería hacer teatro. No importaba como fuera, pero tenía que subirme a un escenario y tenía que hacer La Casa de Bernarda Alba. ¡Y así fue! Tenía yo más o menos 15 años cuando por fin pude hacerla dirigida por Johanna Ferrán. La emoción era tanta que no me cabía por dentro. Durante los ensayos escuchaba la música que nos acercaba más a Lorca (eran sus poemas musicalizados), era una música única, una voz impresionante. No sabía quién era, solo sabía que todos detrás de las patas del escenario tarareábamos La tarara,  Los cuatro muleros y el Zorongo Gitano. Una noche salimos muy tarde del teatro y Johanna me llevó a mi casa.  No pude bajarme de su guagua sin preguntar de quien era la voz que sonaba en esa música que nos dejaba anonadados y que la escuchamos para el trabajo de mesa. Ella se detuvo y contestó: “Dorcas es  Ana Belén.” Esa fue mi gran sorpresa. Una sonrisa inmediata se formó en mis labios, me despedí  y baje de la guagua. No hice más que llegar a mi casa, salude a todos los que me esperaban despiertos y  me encerré en mi cuarto a seguir estudiando mi personaje. No resistí la tentación y enseguida de terminar (porque hay que tener disciplina actoral ante todo), encendí la computadora y busque todo sobre Ana Belén. Esa noche vi cantidad de videos, entrevistas, canciones y en fin, vi otra puerta hacia el arte que amaba representar sobre un escenario. Un arte con un conocimiento más extenso y con una verdadera libertad.
Ana Belen en concierto
A partir de ese momento se abrió otro mundo y el horizonte ya no tenía fin. Las ideas comenzaron a surgir, comencé a escribir teatro para la comunidad y a dirigir. Hoy por hoy una mirada intensa y una sonrisa deslumbrante (que vi de muy niña, y hoy con 19 años) y con muchos cómplices a mi alrededor he aprendido que siempre ser diferente es lo que vale y al final del camino esos amigos leales siempre estarán para apoyarte en tus locuras y proyectos. Yo solo tengo una certeza, me moriré haciendo teatro y dando mi vida por y para el arte.
Presentacion de Cajon de Caoba para quien escribo y dirijo en la parte teatral.
 
 Dorcas Figueroa

Dos contra el mundo

Foto: Ana Belen en la Pelicula: La Pasion Turca
Hace algún tiempo acaricie al amor. Un día tocó a mi puerta de una manera inusual. No era algo común lo que sucedió, ni cómo llegó.  Cada circunstancia era tan anormal como fascinante que produjo en mí un sentimiento tumultuoso. Al principio me produjo felicidad inalcanzable pero después todo se volvió pesado. ¿Cuál puede ser el motivo para que las cosas cambien? Nos dispusimos a conversar y en una larga platica, me comentó sus razones. Yo en ese momento aunque entendí las razones no comprendí el porqué no continuar. La respuesta era sencilla: Simplemente somos dos contra el resto de la humanidad. Y así como si nada, desapareció de la peor manera para nunca jamás exponer el corazón.
Dorcas Figueroa

jueves, 11 de julio de 2013

Esperando la Primavera

En alguna ocasión me dijeron que padecía de HISPANOFILIA. Tal vez parece que añoro cosas que no he visto en mi tierra, pero aun así mi corazón palpita por el simple hecho de ver la transformación más grande que puede tener un país. Rápidamente me transporte a la escuela superior donde estudie a Antonio S. Pedreira, en especial en un ensayo que se llama: Intermezzo, Una Nave al Garete, dentro de su obra ensayística llamada Insularismo. La primera vez que lo leí pensé en que este hombre comprendía lo que había dentro de mi cabeza y me dispuse a buscar su biografía y donde lo podía encontrar. Para mi sorpresa estaba muerto.  Fue triste saberlo, pero más triste es saber que no hemos cambiado nada, que somos una nave al garete que no posee ni timón y tampoco timonel que lo dirija hacia un punto fijo. 
 
Hoy por hoy tenemos los adelantos más grandes que pueden existir y la gente se vuelve más desprendida y más torpe e insensible (por no decirle ineptos o brutos). Pedreira decía: “…si es verdad que tenemos más escuelas y mas centrales y mas oficios y más de todo, no es menos verdad que también hemos aumentado fabulosamente el número de quiebras, de suicidas, de locos, de criminales, de tuberculosos, de fraudes, de peones y en general de infelices”.
A mí solo me queda trabajar por alcanzar la primavera que no ha llegado aun, porque estamos en un invierno perpetuo que quiere apagar cada llama avivada de conocimiento y de sensibilidad que aún queda y mientras esa personas quedemos no solo en este pedacito de tierra sino en el mundo entero no naufragaremos del todo como piensan los conformistas que tampoco hacen nada por cambiarlo.
Dorcas Figueroa