Anoche
curiosamente llegaron a mi casa dos jóvenes de no más de 17 años
aproximadamente pidiéndome ayuda para completar un examen para completar el
cuarto año. Era de la historia de mi país.
Yo me entusiasme muchísimo, pero luego pensé: “ Claro, lo hacen por obligación”. ¿Por qué no leer los libros que
proveen toda esa información? ¿Por qué no empaparse (con tantos adelantos que
existen) de una historia fundamental para la formación de criterios? Les hice
esas preguntas luego de pensarlo. Su respuesta fue sencilla: “En mi casa no hay
esas herramientas, no tenemos libros y por eso venimos a tu casa. Claro que si
no nos quiere contestar el examen entendemos, pero si nos prestarás lo libros
para poder contestarlo.” Opte obviamente por la segunda opción (no era mi
trabajo, ni obligación contestar un examen sin que ellas sacaran nada de el).
Paso una hora, una hora y media. Se hacía cada vez más tarde y no acababan de
leer, yo les hice un chocolate caliente, la noche iba para largo pero
afortunadamente eran vecinas. Luego de que comenzaron a contestar se
envolvieron en una conversación interesantemente partidista, pero al mismo
tiempo vacía. Eran el reflejo de la mentalidad actual de la sociedad de nuestro
país. Me pidieron el favor de corregirlo y de esa manera me incorporaron en la
conversación. Yo entonces con mucho gusto acepté porque ya habían pasado el
trabajo necesario de leer (que a mi opinión no debería de ser un trabajo sino
un placer). Cuando comencé a hablarles del trasfondo histórico de sucesos
anteriores a las respuestas de su examen vieron un poco de luz y comenzaron a
sentar cabeza. Comenzaron las grandes
interrogantes y ya dejé de hablar yo. Ahora hablábamos todas de acuerdo a las
concepciones individuales.
Tocamos los
temas desde la Revolución Atlántica, la Guerra Hispanoamérica, la Invasión
Norteamericana, el Desarrollo de los
Partidos Políticos, La Gran Depresión, el Estado Libre Asociado, las
Deudas presupuestarias del país, entre otros…. La última pregunta del examen
decía: ¿Crees que todos los sucesos de las respuestas anteriores se reflejan
hoy en día? La joven de quien era el examen (porque la otra era su amiguita
quien la estaba ayudando) me dijo que ya estaba preparada para contestar esa última
pregunta. Su repuesta fue la siguiente: “Todos los sucesos pasados se reflejan
en nuestro diario vivir y la gente parece que no le importa o no quieren sentar
cabeza". Me fascinó
su repuesta corta y precisa, de la cual no me enorgullezco, porque me gustaría
que la realidad fuera diferente. Pero lo
que me maravilló fue el hecho de ver que al sembrar un poquito de curiosidad,
esa joven miró su historia desde una perspectiva crítica y no solamente como
una repetición continúa de una fusión de razas de donde parte nuestra confusión
como dice Antonio S. Pedreira.
Hoy tenemos
otra cita.
Dorcas Figueroa
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