En todos
los tiempos existen personas de moral fingida. Son aquellas que viven de una
apariencia intachable y de valores incorruptibles pero a puerta cerrada son
otras cosas. A mí me gusta mucho un poema de Alfonsina Storni, una mujer que
para su tiempo rompió los esquemas por ser madre soltera y sobre todas las
cosas por no tener una moral fingida. Lee y no captes lo superficial solamente. No hay nada mejor que gozar
de cada uno de los placeres de la vida que se encuentran en el conocimiento y
en romper las reglas de los pueblos que pretende que quedemos en una nada. El poema es muy conocido: Tú me quieres blanca.
Tú me quieres alba,
Me quieres de espumas,
Me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada
Ni un rayo de luna
Filtrado me haya.
Ni una margarita
Se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
Tú me quieres blanca,
Tú me quieres alba.
Tú que hubiste todas
Las copas a mano,
De frutos y mieles
Los labios morados.
Tú que en el banquete
Cubierto de pámpanos
Dejaste las carnes
Festejando a Baco.
Tú que en los jardines
Negros del Engaño
Vestido de rojo
Corriste al Estrago.
Tú que el esqueleto
Conservas intacto
No sé todavía
Por cuáles milagros,
Me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
Me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
¡Me pretendes alba!
Huye hacia los bosques,
Vete a la montaña;
Límpiate la boca;
Vive en las cabañas;
Toca con las manos
La tierra mojada;
Alimenta el cuerpo
Con raíz amarga;
Bebe de las rocas;
Duerme sobre escarcha;
Renueva tejidos
Con salitre y agua;
Habla con los pájaros
Y lévate al alba.
Y cuando las carnes
Te sean tornadas,
Y cuando hayas puesto
En ellas el alma
Que por las alcobas
Se quedó enredada,
Entonces, buen hombre,
Preténdeme blanca,
Preténdeme nívea,
Preténdeme casta.
Me quieres de espumas,
Me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada
Ni un rayo de luna
Filtrado me haya.
Ni una margarita
Se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
Tú me quieres blanca,
Tú me quieres alba.
Tú que hubiste todas
Las copas a mano,
De frutos y mieles
Los labios morados.
Tú que en el banquete
Cubierto de pámpanos
Dejaste las carnes
Festejando a Baco.
Tú que en los jardines
Negros del Engaño
Vestido de rojo
Corriste al Estrago.
Tú que el esqueleto
Conservas intacto
No sé todavía
Por cuáles milagros,
Me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
Me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
¡Me pretendes alba!
Huye hacia los bosques,
Vete a la montaña;
Límpiate la boca;
Vive en las cabañas;
Toca con las manos
La tierra mojada;
Alimenta el cuerpo
Con raíz amarga;
Bebe de las rocas;
Duerme sobre escarcha;
Renueva tejidos
Con salitre y agua;
Habla con los pájaros
Y lévate al alba.
Y cuando las carnes
Te sean tornadas,
Y cuando hayas puesto
En ellas el alma
Que por las alcobas
Se quedó enredada,
Entonces, buen hombre,
Preténdeme blanca,
Preténdeme nívea,
Preténdeme casta.
Una vez leí
en algún lugar que el peor enemigo de un gobierno corrupto es un pueblo culto.
En la literatura se encuentran herramientas valiosas, reclamos y sueños que en algún
futuro no tan lejano como el presente podemos usar. Los gobiernos prefieren por
encima de todo un pueblo ignorante, conformista y sin preparación, para esto
usan diversas maneras que están dando frutos como plaga ardiente.
Recapacita:
Cuando ellos se quiten los placeres de estudiar, de informarse y de no
conformarse entonces que nos pretendan ignorantes, conformistas e incompetentes.
Mientras tanto, no desaproveches cada
oportunidad de coger un libro, de escuchar una buena música, de ver una buena
obra de teatro, de crear, pero sobre todo de conocer más de dónde venimos. Cuando
crean que realmente no tenemos nada, lo tendremos todo.
Dorcas Figueroa